dietas para adelgazar CUENTOS INFANTILES CHAGALL: septiembre 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La estrellita que no deseaba brillar

En el inmenso cielo, lleno de brillantes estrellas, todas ellas iluminando con luz propia, había una que no quería brillar.

Todas las estrellas esperaban ansiosas, que llegara la noche, para ser observadas y admiradas.

Les gustaba mucho presumir y se peleaban entre ellas, por ser la más grande, la más hermosa y la que más brillara.


Desde la tierra los niños y las personas mayores, por las noches miraban el cielo viendo sus puntitos brillar.
Incluso a algunas, les habían puesto nombres. ( Denis, Sirio, Dorada..... y así una larga lista de nombres, como estrellas hay en el cielo )
Las estrellas muy orgullosas ellas, incluso se fueron agrupando en constelaciones, dando lugar a que las personas dieran nombre a los grupos. La Osa mayor, Casiopea, Orión y así muchos más, tantos como grupitos se formaron.

De este modo las estrellas agrupadas, se veían más importantes. Incluso las personas de la tierra, miraban al cielo cuando nacían, para ver en que constelación habían nacido ( Tauro, Cancer, Escorpio..... )

Pero las estrellas seguían compitiendo entre ellas. No les importaba otra cosa, más que eso. Ser preciosas.

Y de echo lo eran y lo son.


Solo había una cosa, que no podían hacer y no se daban cuenta de ello. Nuestra estrellita, hacía mucho tiempo que sí lo sabía y era que por muy bonitas que fueran, por mucho que se pelearan por ser la mejor, nunca podrían dar calor.

A nuestra estrellita, le importaba mucho más el poderse acercar y dar todo su calor, a quien lo necesitara. No le importaba ser la más bonita, la más admirada, ni tener brillo, ni tener luz propia. Solo quería dar de si misma, el cariño, el calor y la compañía.

Quizá por eso está sola, no tiene nombre, pero tampoco le importa, ella sabe que está ahí y sabe que lo que quería dar con tanto cariño, llega a la tierra y a sus habitantes.

Por eso..... Por eso era y es tan feliz. Por eso, por ser tan sencilla y humilde, se convirtió en un SOL .



FIN

Elvira Moreno Dolz ( chagall )

jueves, 23 de septiembre de 2010

Gabriel y su sueño..... el mar

En una pequeña aldea, lejos, muy lejos de aquí y perdida en las montañas, vivía un humilde pastor. Se llamaba Gabriel. Su sueño...ver el mar. Desde muy pequeño ayudaba a su padre, José, en las tareas del pastoreo.

Mientras su madre, Celia, aseaba su pequeño hogar y preparaba la comida para llevarla al prado, donde comían los tres juntos.
Luego su madre volvía al hogar, mientras ellos seguían pastando las ovejas, hasta el anochecer, que regresaban a casa, cansados, con la piel tostada por el sol.

Pocas veces pudo Gabriel, acudir a la escuela, ya que su padre necesitaba ayuda y no había nadie más que el, para hacerlo.

Todas las noches, desde que nació hasta que cumplió los seis años, su mamá cada noche le leía una página de un cuento.

Al ir creciendo, por las noches tras la cena, le enseñaba a leer y escribir.
Mientras comían o cenaban, casi siempre sus padres hablaban del mar. Un mar que se hayaba tras las altas montañas.

Se lo describían con un brillo especial en los ojos y una gran sonrisa en los labios. El cerraba los suyos, quería imaginar el mar, pero no podía.


Solo sabía que era agua, mucha, mucha agua salada, de color azul, muy grande y según sus padres decían, olía muy bien.

Algunos días, pocos pero los había, su padre podía arreglárselas solo y le dejaba moverse a sus anchas.

Cuando eso ocurría el siempre subía a lo alto de su montaña, deseando ver el mar, ese mar del que tanto le hablaban . Pero no lo veía, tras una montaña, había otra y otra y otra.......... Iba creciendo y su sueño no cesaba, quería ver ese mar y se prometió a si mismo, que un día lo lograría..


Pero del mismo modo que el se hacía mayor, sus padres, a la vez envejecían.

No podía marcharse y dejarlos solos, ellos habían cuidado de el y ahora era al revés. Sus padres necesitaban ser cuidados, queridos y mimados, como ellos lo habían hecho con el.

Mientras lo hacía......siempre, siempre..... soñaba.

El pastoreaba las ovejas, el limpiaba, el cocinaba.......Ahora era el, quien leía cuentos, contaba historias del mar, mientras sus padres cerraban los ojos y sonreían, ellos sí lo veían.

Llegó un día en que Gabriel se quedó solo, sus padres partieron casi a la vez, a un lugar que le habían explicado muy bonito y donde algún día, volverían a encontrase y seguirían juntos, para siempre.

Vendió sus ovejas, metió lo poquito que tenía en una mochila y comenzó a caminar hacia las montañas.
Solo se detuvo una vez para mirar atrás.

Triste por un lado, pero feliz por otro... siguió caminando...... Por fin iba a ver el mar......


Y llegó, lo encontró, podía ver su grandeza, podía ver su color, sentía su olor...... Ahora solo le quedaba tocarlo y probar su sabor.

Emocionado y feliz, echó a correr.............

Su sueño, por fin se cumplió.

FIN

Elvira Moreno Dolz (chagall)