dietas para adelgazar CUENTOS INFANTILES CHAGALL: 2011

domingo, 24 de abril de 2011

Medusa y Escamarlá....Los pescadores del Maresme...

Lo prometido es deuda, me lo pedisteis y acepté. Va por vosotros queridos amigos, con mucho cariño.

Luís y José viven en un bonito y pequeño pueblo pesquero, junto al mar Mediterráneo. 
Luís, tiene ocho años, vive junto a sus padres y un hermano algo mayor que el.

José, un pelín mayor, pues tiene nueve años, vive con su padre, la abuela materna y una hermana más pequeña que el.


No van a la misma escuela, ni viven en el mismo barrio, pero tienen algo en común los dos. Les gusta mucho la pesca y los dos se las ingenian, para poder hacerlo.

Estaba un día Luís, sentado en unas rocas sobre el mar. Nunca iba al mismo sítio, le gustaba cambiar de lugar, cuando iba a pescar. A su lado un par de bolsas, una con pan duro y la otra vacía, ambas sujetadas con una piedra. Acababa de atar un extremo de su sedal, a su dedo índice y al otro extremo de este, un anzuelo, al que estaba a punto de insertar un trozo de pan, cuando apareció a su espalda José.
José, llevaba un cubo en una mano, con una cajita llena de lombrices dentro y en la otra, una cañapreparada por el, de esas que se encuentran en las riberas de los ríos, o bordeando las rieras.

Se había quedado parado, sorprendido, unos pasos detrás de Luís, no esperaba encontrar a nadie en su sitio preferido. Siempre acudía al mismo lugar y nunca se había topado con nadie allí.

Se acercó a Luís y le dijo...

- Hola, que estás haciendo por aquí ??
* Voy a pescar....y tu ya veo que traes una caña - respondió Luis
- Siempre vengo aquí, nunca te había visto. Me llamo José... y tu ??
* Es la primera vez que vengo a este sitio. Yo me llamo Luis.

José, llenó de agua el cubo y dejando en la roca, se sentó junto a Luís, cogió una lombriz de la caja, la inserto en el anzuelo y lo echó en el mar.

Luís puso el pan en el anzuelo y lo dejó caer al mar, mientras le preguntaba a José, si se había montado el, la caña de pescar.
-  Sí, con la ayuda de mi padre, el me explicó como hacerlo.- respondió
* Vienes mucho a pescar ?.. - preguntó Luis.
- Bastante, pero no se lo digas a nadie, tendría que estar ahora en la escuela y si se entera mi padre, me castigará.
* Uffffffffffffffff eso me pasa a mi, por eso cambio siempre de sitio, por si me buscan los míos.

Al poco rato, mientras los dos reían y hablaban de sus cosas, la caña de José comenzó a doblarse mucho, este tiró de ella y en el extremo apareció un pez.

Muy contento de su captura, fue recogiendo el sedal y metió al pez en su cubo. Lo estaba contemplando, cuando oyó a su nuevo amigo gritar....... Eurekaaaaaaaaaaaaaaa.


Giró la cara hacia Luís y vio que este, estaba tratando de agarrar al agitado pulpo, que había picado el anzuelo. Le ayudó y lo metieron en la bolsa.
Se marcharon al ratito, tras recoger las cosas. Los dos estaban muy contentos por la pesca obtenida, quedando para otro día, en el mismo lugar.

Así transcurrió algún tiempo, pero claro, no podía ser de otra forma, sus respectivos padres, se enteraron que hacían novillos en la escuela y las pruebas de donde pasaban el tiempo, estaban muy claras. Aparecían de la nada.. peces y pulpos en las neveras. No había duda alguna..Se  Iban de pesca.

Fueron castigados por sus respectivos padres. Los anzuelos, sedales, cubo, caña..fueron guardados, hasta que dejaran de faltar a la escuela y obedecerles sin engañarles.. Pero aun así.. tanto les gustaba la pesca, que se las ingeniaban para no faltar a su cita con los peces.


En el pueblo ya conocían sus hazañas pesqueras y hablaban mucho de ellos, de su afición. Tanto, que les pusieron un mote, un apodo a cada uno. El Medusa.. llamaban a Luís y El Escamarlá .. a José.

Un día sus padres se conocieron entre sí, hablaron del problema y decidieron poner remedio. No podía ser, que los niños les des obedecieran, faltaran a la escuela, que no estudiaran, ni hicieran los deberes.. por escaparse e ir a pescar. Eso, lo podían hacer los fines de semana y algún que otro día, que no tubieran deberes ni que estudiar.

Pensando la mejor manera de lograr un cambio en los niños, decidieron que si no lo volvían a hacer, les comprarían unos buenos aparejos de pesca. Una caña con su carrete, sedales, anzuelos y una bonita nasa, para guardar la pesca.


Y lo lograron. Nunca más ni Luís ni José, faltaron a la escuela, hicieron siempre los deberes y estudiaron mucho. Iban a pescar, cuando terminaban de hacerlo y los fines de semana, si no tenían obligaciones que hacer en casa.

Por ello, por portarse como es debido, por obedecer y estudiar,  recibieron sus regalos.

Pero algo no ha cambiado......Siempre en el pueblo, seguirán siendo para sus vecinos y amigos...


  '' El Medusa ''  y ............        

    '' El Escamarlá''


Elvira Moreno Dolz ( chagall )

jueves, 6 de enero de 2011

SARA... una niña que con su bella sonrisa y su corazón rebosante de amor, hace tan feliz a su mamá

PARA TI QUERIDA SARA, CON TODO MI CARIÑO. ESE QUE NACE EN EL ALMA.

En un lugar no muy lejano, en una bonita casa, vive una niña llamada Sara.

 



Una preciosa niña,de hermosos ojos, una espectacular sonrisa y con un gran corazón rebosante de amor.


A Sara le encanta que su mamá le cuente cuentos, la escucha atentamente, mientras le regala la mejor de sus sonrisas.


Un día mientras su mamá le contaba un cuento, apareció por la ventana un pequeño duende rojo. Su mamá de espaldas a ella no lo vio, pero sí lo vio Sara, que estaba sentada de frente a la ventana y sorprendida, que no asustada, lo contemplaba con sus hermosos ojos muy abiertos y una bonita sonrisa en sus labios.



El duende rojo traspaso el umbral de ésta y eso que la ventana estaba cerrada, pues era invierno, concretamente el día de la llegada de los Reyes Magos y lentamente se acercó, hasta donde se hallaban sentadas Sara y su mamá.


El duende no pronunció palabra alguna, tan solo las contemplaba y escuchaba a la vez, el cuento que la mamá seguía contando, pues esta no se había percatado de la llegada del duende y seguía como si no estuviera allí.


El solo veía, cuanto amor había entre Sara y su madre y decidió hacerles un bonito regalo a las dos.....





De pronto el duende, extendió sus manos hacia ellas y tocándolas con un dedo a cada una, algo comenzó a ocurrir.


La habitación donde se hallaban, se iba transformando poco a poco en una mezcla de colores, tenues al principio, de todos los colores habidos y por haber, como un bonito arco iris lleno de luz y de color, para pasar después a formar todo un paraíso natural.



Había montañas, mar, cielo, lleno de todos los animalitos que te puedas imaginar. Pájaros, peces, mariposas....... Habían árboles, flores, nubes, estrellas......Todo un mundo lleno de brillo y color.





Pero no solo se transformaba la habitación, ellas también lo iban haciendo poco a poco. Lentamente sus brazos, en una preciosas alas blancas, sí, de esas tan bonitas que tienen los ángeles se iban convirtiendo .


Las dos, madre e hija, se miraban mutuamente viendo la transformación que en ellas ocurría. En sus rostros solo se veía una enorme sonrisa, de esas que van de oreja a oreja, y una pícara y cómplice mirada apareció entre las dos.


Sara y su mamá, se cogieron de la mano, mientras miraban al duende que ahora les sonreía.

 



Comenzaron a aletear y volaron las dos juntas por todo el paraiso. Llegaron hasta las estrellas y mucho más lejos... Tocaron las nubes, volaron sobre tierra, volaron sobre el mar.......




Qué rápido pasa el tiempo... tuvieron que regresar, pues llegó la hora de cenar.


Eso sí, con una gran sonrisa y mucho cariño, guardaron las alas en el armario, para volver a ir otros muchos días, las dos juntas....... a volar.....


Y......Colorín colorado, el gran amor y la preciosa sonrisa de Sara.... seguirán estando siempre en su corazón y en sus labios y su mamá de todo eso, disfrutando muy feliz.


Por eso este cuento..... no tiene un fin. Por eso este cuento.... no se ha acabado......ni terminará...


Pero sí hay algo que decir.....Una realidad, la mas hermosa de todas.


Son Muy, Muy Felices...... No se..... si comen perdices, o confites.. o tal vez... ni lo uno, ni lo otro, pero esto último.... es lo que menos importancia tiene.




Lo importante es el huerto que habita en sus corazones y que va mucho más allá, inundando sus almas. Lo que cultivan y que riegan día a día entre las dos. Ese cultivo que hay entre Sara y su madre Lourdes, es una hermosa cosecha, que es a la vez un gran regalo.


Un gran regalo... llamado AMOR



Llenando sus almas con cálidos lindos sonidos y  hermosos vivos colores 



Elvira Moreno Dolz ( chagall )